domingo, 10 de febrero de 2008

ORIGEN, DESARROLLO, IDEAS Y ESCUELAS DE LA ANTROPOLOGÍA. UN RESÚMEN


ORIGEN, DESARROLLO, IDEAS Y ESCUELAS DE LA ANTROPOLOGÍA. UN RESÚMEN[1]

Magíster LUIS EDUARDO DELGADO SANTACRUZ[1], Compilador.


I. LA ANTROPOLOGÍA EN LA ANTIGÜEDAD

La historia de la Antropología podría decirse que ha sido y es, la lucha por alcanzar a entender los problemas del hombre mediante enfoques imparciales (objetivos), que superen los particulares puntos de vista etnocéntricos (subjetivos) de cada cultura. Alcanzar una actitud imparcial científica ha supuesto un definitivo rompimiento con los estrechos horizontes etnocéntricos que atan y condicionan las formas de pensar y los modos de actuar a los patrones impuestos por la propia cultura, para lograr lo que se llama horizonte etnográfico , que incluye la posibilidad de estudiar todas las culturas con base en descripciones y comparaciones, sin importar el espacio ni el tiempo, es decir, salvando las distancias y ubicaciones geográficas e incluso los tiempos históricos.

Intentos de la antigüedad. Los griegos dividían el mundo humano en dos categorías; nosotros y los bárbaros. Platón y Aristóteles consideraban que los bárbaros eran buenos solamente para esclavos. Pero HERODOTO (484-425 a.C.) del Asia Menor, fue griego colonial que vio el etnocentrismo como un grave problema para entender a otros pueblos. Demostrando actitud científica dividió a la humanidad en grupos étnicos y no en razas determinadas por rasgos físicos. Aplicó los criterios étnicos siguientes: factores biotipológicos a diferencias según los fenotipos, los factores culturales y los lingüísticos, en términos de diferencias entre los pueblos.

Con ARISTÓTELES (384-322 a.C.), aparece el término Antropología en su “Ética a Nicómaco”, entendiendo al hombre como “animal mamífero” y como “animal social”, pero fue POSEIDONIO (135-151 a.C.) el primero en plantear la idea de la adaptación cultural y psíquica al ámbito geográfico. Al emigrar los pueblos teutones y germanos hacia el sur, degeneraron por efectos del sol y el lujo de la civilización. Entre los romanos LUCRECIO (95-75 a.C.) admite la existencia del hombre primitivo y fue el primero en exponer una teoría del desarrollo de la humanidad en tres fases o etapas: caza, pastoreo y agricultura.

Intentos durante el medioevo. – Hay que distinguir entre el medioevo europeo y el asiático del medio oriente, porque mientras en Europa los pueblos eran relativamente más ricos, estaban sumidos en un ambiente absolutista cerrado con un etnocentrismo dogmático que les hacía suponer a los pueblos de fuera en las formas más ridículas y caricaturescas. Por su parte los árabes estaban en la etapa expansionista asimilando pueblos y aspectos culturales que les hacían más amplios y receptivos.

Por ello IBN KHALDUM (1322-1436), vio la historia del pueblo árabe con perspectivas antropológicas. Fue el primero en establecer comparaciones entre pueblos nómades y sedentarios, sobre la cual desarrolló su teoría del origen del Estado: los pueblos pastores nómades son conquistadores típicos, disciplinados y solitarios por lo que llegan a dominar a los pueblos sedentarios de menor impulso y solidaridad. Pero la civilización es un mal que degenera incluso a los conquistadores y hace que estos se aburguesen siendo luego a su vez conquistados.

Fase de los Grandes navegantes y Descubridores. De amplió el horizonte etnográfico con la inclusión de los pueblos de América, lo que planteó serios problemas a los teólogos e historiadores porque los indios no estaban incluidos en la Biblia. Se dudaba si eran realmente humanos descendientes de Adán y de alguna de las diez tribus de Israel. En tal dirección Hobbes y otros autores interpretaban a los indios como pueblos salvajes retrasados y como lobos o fieras entre sí. En el polo opuesto de la apreciación se colocaron Rousseau y otros, idealizando a los pueblos primitivos con la idea del “buen salvaje” que tenía sus raíces en los anteriores relatos idealizados de Colón y antiguos viajeros, principalmente sobre los indios del Brasil y del llamado Paraíso de los mares del sur (Polinesia). Pero ambas actitudes seudo científicas trajeron como consecuencia la reacción favorable que abandonó el término “salvaje” siendo reemplazado por el de “pueblos naturales“ o “nativos”, así como los enfoques despreciativos y los idealistas que perdieron vigencia.

La reacción llevó a Joseph Francois Lafiteau (1640-17309) a hacer planteamientos más comparativos. Compara los ritos de iniciación entre pueblos americanos y los griegos y romanos, llegando a la idea de que; los ritos de iniciación son una institución universal, y también el rito de la Couvade o participación del marido en el parto, dramatizando el parto con objeto de engañar a los malos espíritus y así proteger a la esposa e hijo. También comparó la organización matrilíneal iroquesa con la institución del derecho romano matrilíneal.

Más tarde Bachofen estudió la costumbre de “comprar a la novia” institucionalizada como en la dote de los romanos y las tribus americanas. Pero fue el precursor de la posterior escuela alemana “Histórico Cultural”, al suponer que ha habido un foco de invención y difusión desde Mesopotamia hacia occidente y oriente que llegó hasta América. También lanzó la idea de que hubo un primer monoteísmo primordial que luego degeneró en politeísmo para llegar de nuevo al monoteísmo moderno. De todo ello haría bandera posteriormente la escuela Histórica Cultural.

En el siglo XVI y XVII, fueron pródigos en aportaciones los jesuitas como la ya citada de Lafiteau y otros padres precursores de muchos aspectos antropológicos: El padre Mathis Ricci (1552-1610), inventó un método de investigación sobre el terreno que hoy se llama “investigación participación”, que aplicó al estudio de la cultura china.

El padre Louis de Comte (1656-1729) inició la idea del relativismo cultural, en las opiniones de unos pueblos sobre otros y en las propias acciones que dependen de los patrones establecidos por cada cultura.

Durante el siglo XVIII, hubo predominio de los autores seculares orientados por cierta libertad de pensamiento que caracterizó al “siglo de las luces”.

El profesor de zoología Blumenbach, fundó la antropología física sistemática al aplicar la clasificación de Linneo al estudio del Hombre. Incluyó la variedad malaya como una nueva raza humana y aplicó el término “caucasoide” por primera vez.

Aparecen los primeros estudios científicos de la cultura aún sin sistematizar y debido a geógrafos que creían en el determinismo geográfico:

Karl Ritter (1779-1854), propone la influencia decisiva del clima, fauna y flora sobre el hombre su cultura. Pero sería F. Ratzel, que a pesar de determinista geográfico, tuvo una visión naturalista evolucionista de la cultura, apreciando que las actividades sociales junto con la geografía son las fuentes de la antropología.

El filósofo Augusto Comte, (1798-1857) fue el creador del término “sociología” cuyo objeto de estudio serían los hechos sociales y la ley de desarrollo de las sociedades por estadios: épocas Teologista, Metafísica y Positivista. La época teologista sería la del ascenso desde un fetichismo a un politeísmo para alcanzar el monoteísmo. La época Metafísica sería la de victoria del hombre sobre los dioses, reemplazados por fuerzas naturales metafísicas como la “Diosa Razón” que entronizó la Revolución Francesa. La época Positivista inaugurada por el propio Comte, en base al análisis positivo de los acontecimientos sociales.

II. Formación de la Antropología como ciencia autónoma

El filósofo y naturalista Edgard (1829), escribía a Thierry sobre a necesidad de una nueva ciencia en la que la historia del hombre se relacione con la biología. De tales ideas nació la “Societe de Etnologie de París” en 1839. En 1842 se fundaron sociedades similares en Inglaterra y Estados Unidos. Aunque en Inglaterra la Antropología se siguió identificando con la Sociología y en Francia con la Etnología, con ello empieza su existencia propia especializada y la aparición posterior de una teoría, e incluso de un cuerpo de teorías independientes, con sus problemas propios, con métodos y técnicas adquiridas para sus específicas investigaciones.

Origen del evolucionismo.- En 1859 Charles Darwin publica el “Origen de las especies por selección natural”, idea que fue aplicada para estudiar el desarrollo de las culturas.

Sería Herbert Spencer, el que aplicara sistemáticamente al plano sociocultural la idea de evolución de Darwin. La formula como una ley universal, “Ley de diferenciación progresiva de las sociedades” como un pasaje gradual de un estadio de la homogeneidad a la heterogeneidad, es decir, de los períodos indiferenciados a los diferenciados en el tiempo sin importar circunstancias históricas.

El modelo evolutivo estuvo dominado inicialmente por el supuesto de que el hombre y la sociedad progresaban según etapas precisas de desarrollo, que nos llevaban hacia una complejidad cada vez mayor para alcanzar una hipotética etapa final de perfección. Ya vimos como Comte delineó tres etapas a través de las cuales deben pasar todas las sociedades y paralelamente el pensamiento humano: Conquista, Defensa e Industria que llevan emparejadas al pensamiento teológico, el metafísico y el positivista.

Fue L.H. Morgan (1818-1881) quien delimitó el esquema evolutivo de la humanidad mediante un proceso que lleva desde el salvajismo a la civilización, pasando por tres fases que a su ves se subdividen en períodos: salvajismo, barbarie y civilización, cada uno subdividido en período inferior, medio y superior.

Los principios fundamentales del evolucionismo están dados por tres postulados teóricos que preceden al análisis de los materiales de investigación: 1º) Todas las culturas en el curso del tiempo recorren el mismo camino necesario o evolución unilineal; 2º) La culturas pueden diferenciarse por encontrarse en los diferentes estadios evolutivos y por las inversiones que marcan el paso de una a otra; 3º) La evolución conduce siempre hacia mejoras o es una camino de progreso.

Morgan interesado en el estudio de las instituciones familiares tomo la idea de Bacchofen, según la cual pasaron por tres fases: 1ª.) Ginecocracia hetérica, que es la promiscuidad sin reglas para procrear; 2ª.) Ginecocracia familiar, como institución donde la mujer tiene el dominio; 3ª.) Patriarcado, como institución donde el hombre es la figura central de la familia.
H.B. Taylor, representó para Inglaterra lo que Morgan par los Estados Unidos. Propuso el esquema evolutivo de la humanidad según el proceso ya conocido pero señalando que cada etapa estaba marcada por una revolución o invenciones revolucionarias graduales: paso del primate al salvaje inferior marcado por el habla. El salvajismo medio caracterizado por el fuego y los útiles. El salvajismo superior por e arco y la flecha. El barbarismo inferior por la cerámica y el sedentarismo; el medio por la domesticación de animales, pastoreo y agricultura, con ideas de propiedad personal y de economía extractiva más productiva; y el reciente con el trabajo del hierro. La civilización antigua entra por la escritura, la media por la pólvora, la brújula, el papel, la imprenta y por el heliocentrismo de Copérnico; la reciente entra por las maquinas a vapor, la electricidad y la noción de evolución.

El grave defecto de las mencionadas teorías era el no estar sustentadas por el análisis de suficiente material etnográfico, necesidad que planteó Bastian y que debía cubrirse mediante expediciones científicas. Pero al incrementarse estas, se comprendió que la teoría evolutiva unilineal no era una explicación satisfactoria.

Adolf Bastian (1826-1905), surge en la época en la que empezaron las dudas sobre el esquema de los anteriores evolucionistas pues no había bases concretas para sostenerlas. Exigía que para sacar conclusiones más seguras había que recoger más material etnológico.

Formuló su teoría sobre la “naturaleza humana fundamental“ que se expresa en el número limitado de manifestaciones del espíritu: 1ª.) Las ideas elementales, como universales de la cultura porque subyacen en todas, aunque su presentación concreta pueda adoptar diferentes formas, por ejemplo la idea de parentesco, la idea de autoridad y la idea de fuerzas sobrenaturales por citar algunas 2ª.) la ideas étnicas, que son las formas particulares que adoptan las ideas elementales en cada pueblo; 3ª.) Las provincias geográficas, formadas por pueblos con ideas étnicas semejantes, que son características y semejantes a grandes regiones, diferenciando a unos pueblos de otros como resultados de los modos de adaptación cultural a los medios ambientes que les rodean.

A Bastian le interesó hallar las leyes fundamentales de la evolución étnico-psíquica, que considera que a un grado mental más primitivo corresponde la creación de culturas más simples y a mayor desarrollo mental la creación de civilizaciones. La quiebra del individuo y la psicología individual que debería ser sustituida por la psicología étnica preocupada por descubrir las leyes del espíritu y sus desarrollos históricos.

Pero el modelo evolucionista continuaría teniendo adictos que han aportado nuevos puntos de vista, modificando y ampliando los anteriores:

Marx y Engels, fueron grandemente influenciados por Morgan pero más objetivos en sus apreciaciones sobre los cambios que cada etapa de la civilización acarrean preparando las bases de las subsecuentes. Cada fase contiene las semillas de su propia destrucción y a la que inevitablemente seguirá otra etapa “más alta” en la escala evolutiva; así la etapa del capitalismo había hecho progresar tanto la racionalidad de la producción y su concentración en grandes unidades o complejos industriales, como, para hacer que el socialismo y la planeación fuesen históricamente necesarios e inevitables, pero el cambio solo sería posible con revoluciones violentas.

Con Durkheim, la dimensión más importante que indicaba la tendencia histórica evolutiva era, el grado de especialización o el grado de “división del trabajo”. Distinguía dos tipos de sociedades, que llamó de “solidaridad mecánica” aquellas pequeñas comunidades de limitado grado de especialización pero con fuertes vínculos parentales, y por contraste llamó “solidaridad orgánica” aquellas sociedades donde las relaciones son menos íntimas y personales, dándose los intereses, los contratos y los símbolos como medios de unión.

En dicha línea Robert Redfield, que destaca los contrastes entre culturas “urbanas” y “rurales” en términos de aislamiento, autosuficiencia y grado de especialización.

Más recientemente se ha venido trabajando en la teoría universal de la evolución, que afirma que no todas las culturas tienen que pasar forzosamente por las mismas etapas fijas de desarrollo. Y sugiere que en la “humanidad como un todo” la que sigue una línea evolutiva precisa. Idea que ya fuera anunciada por Spencer cuando hablaba de una evolución universal de lo homogéneo a lo heterogéneo.

Es Leslie White, quien sostiene dicha teoría con base en los cambios tecnológicos en relación de la cuantía de energía dominada y la manera de usarla. La evolución de la cultura no ha sido regular sino a grandes brincos cada vez que se logran controlar nuevas fuentes de energía y se desarrolla la participación en el progreso por aumento de los medios de difusión y los adelantos tecnológicos.

III Reacción contra el evolucionismo. Escuelas Histórico-difusinistas.

Al final del siglo XIX algunos antropólogos formularon serias dudas respecto a la teoría de la evolución cultural, en el sentido de q ue todas las sociedades hubieran recorrido los mismos y necesarios estados. En su lugar propusieron la idea de difusiones muy complejas de elementos culturales entre los pueblos. Y se pensó en las relaciones de dichos elementasen contextos según sus historias particulares así como las implicaciones que ello tenía para distinguir las Áreas geográficas Culturales.

Federico Ratzel (1844-19049), combatió toda idea de esquemas evolucionistas porque para él; el desarrollo cultural depende de hechos históricos particulares y sus relaciones ecológicas en términos de áreas culturales y geográficas, hablando de cierta correlación espacial por áreas y cierto desarrollo técnico, lo que implica diferentes formas de organización y problemas de cada una.

Expuso la idea de que el medio ofrece al hombre más o menos posibilidades; idea que luego habría de completar Steward con sus planteamientos sobre las posibilidades y limitaciones del medio ambiente ecológico en relación con la vida y medios de producción de las culturas. Pero además la antropología debía de ser histórica según Ratzel, para entender las provincias geográficas o áreas culturales características según la distribución de los datos y las correlaciones entre el grado tecnológico, el económico y el religioso.

Graebner Frederiz, adaptó a la antropología el método histórico y a partir de entonces se acabó con la especulación y generalizaciones precipitadas. Insistía en las investigaciones de hechos particulares puesto que el conocimiento de los detalles garantiza la validez o no de las generalizaciones. Para ello hay que tomar los factores endógenos existentes en la cultura como también los exógenos que llegan de fuera.

Leo Frobenius (1873-1938), creador de la teoría sobre la “Morfología cultural” y del término “ciclos culturales”. Cada cultura está sujeta alas circunstancias históricas que inducen al cambio. Pero para comprender el cambio es necesario emprender su “paidenma” o alma cultural; porque cada etapa cultural tiene su paidenma que cambia tal como cambian las culturas, que son seres vivos con, nacimiento, madurez, vejez y muerte. Se trata de procesos biológicos y por consiguiente el pasaje de una forma cultural a otra equivale a un fenómeno morfológico.

Oswald Spengler, aplicó la teoría de Frobenius a su “Decadencia de Occidente”, es decir, muerte por estero esclerosis o incapacidad de renovar su alma que habría entrado en la fase de la vejez.

W.J. Peery y Sir Grafton Elliot Smith, antievolucionistas extremos, aseguraron que era tal la falta de imaginación observada entre los pueblos del mundo, que todo impulso cultural debía atribuirse prácticamente a una sola cultura la Egipcia, de donde se difundió el resto de la tierra. Las principales invenciones y realizaciones de las civilizaciones posteriores, incluso las americanas, se explicaban como imitaciones difundidas desde el vértice creador egipcio.

Los austriacos Graebner y Meter Wilhem Scmidt, a cominzos del siglo XX encabezaban la “Escuela de Viena”, creyeron que la cultura original humana provenía del Asia y que de dicha sede cultural (Urkultur) se habían derivado varias culturas complejas (kulturkreise) que mediante grandes y antiguas migraciones se expansionaron por las demás diversas regiones del globo. Tomaron de Frobenius el concepto básico de los “ciclos o círculos culturales” que es: conjunto de complejos culturales en su distribución geográfica por las más distintas regiones del globo, y que comprenden instituciones, religión, organización social etc., de forma que trabajan con complejos culturales y no con elementos aislados, y la distribución geográfica se expresaba como resultado de las migraciones o como difusión.

Franz Boas y sus discípulos en Estados Unidos, refutaron el evolucionismo y su posición especulativa inclinándose por la investigación al aire libre sobre problemas muy restringidos, delimitados de forma que el investigador pudiera mantener un control estricto sobre sus múltiples variantes. Pero lo que Boas y su escuela hacen no es tanto refutar la evolución como evitarla a favor de investigaciones históricas particularistas, o centradas sobre los problemas históricos y sobre los fenómenos de difusión que han dado origen a nuevos instrumentos metodológicos.

Clark Wissler contemporáneo de Boa, perfeccionó la concepción de clasificar culturas o conjuntos de rasgos culturales con respecto a las regiones geográficas (idea que habíamos visto planteada ya por Ratzel, aunque los norteamericanos se la atribuyen a Wisler). Por ser conservador de un museo, pudo observar que los rasgos de una cultura particular tienden a parecerse a los de otras culturas de la misma zona de forma que las culturas de un área determinada participan de rasgos culturales comunes. Pero las diferencias se hacen más notorias a medida que los grupos se encuentran más alejados de su centro geográfico y núcleo cultural. De ahí que los pueblos que viven en los lugares periféricos del tal “área cultural”, constituyen culturas mixtas o marginadas respecto al centro. Sin embargo surgió una nueva orientación que dejó a un lado los problemas históricos.

Estudios psicológicos y de configuración. Fueron los propios discipulos de Boas quienes reaccionaron contra sus orientaciones porque habían llegado a ver a los seres humanos como “portadores pasivos de la cultura” sin tener en cuenta que son los individuos los que construyen y modifican al fin y al cabo su propia cultura.

Edgar Sapir (1929-1940) buscó con otros colaboradores la manera de introducir la psicología en los estudios antropológicos. Y su pensamiento se refleja en la siguiente frase: “siempre es el individuo quien realmente piensa, actúa, sueña y se revela”.

Ralph Linton y Abraham Kardiner, un antropólogo y un psiquiatra, trabajaron en dicho sentido y ellos fueron quienes fraguaron la noción de una “personalidad básica”, como concepto unificador y necesario para comprender al hombre y su cultura. Se trata de un cuadro de características comunes a todos o a la mayor parte de sus miembros, formadas en virtud de las semejanzas en la manera de criar y educar a los niños. La personalidad básica de un pueblo, una vez que se consolida se manifiesta en muchas de sus costumbres, pero sobre todo en las creencias y prácticas religiosas, en el arte, en la mitología y en las fantasías populares. Enfoque que sirvió de base a otros estudios.

Cora Du Bois, estudió la crianza de los niños aloreses, los sueños de las personas mayores, y la vida de muchos nativos en sus múltiples aspectos, usando entre otras técnicas las pruebas psicológicas de Rorschach consistentes en los manchones de tinta. Averiguó que los niños aloreses padecen gran inquietud respecto a la comida y a la protección que necesitan; por ello cuando adultos se les nota una marcada tendencia y angustia por conseguir comida.

Ruth Benedict, parte del concepto psicológico de Kafka sobre a Gestalt (forma o configuración), según el cual las percepciones son menos determinadas por los componentes aislados de la realidad que por la estructura del conjunto. Una cultura es lo que es por su característica propia dominante o estilo. Se trata de una reacción contra la catalogación fragmentaria de las costumbres y de los complejos culturales. Propuso que lo que integra cada una de las culturas no es solamente una colección de costumbres transmitidas al azar: cada una de las culturas, se estructura en torno a una configuración central de ideas. Entre los indios pueblos, dicha configuración consiste en un ideal “apolíneo” de moderación y de sobriedad, pero entre los indios Kwakiutl por el contrario, es una competencia individualista y megalomaníaca por la fama y el honor. Pero Benedict, reconoció que así como hay culturas con un valor central predominante, también las hay con múltiples valores para diferentes aspectos caracterizadas por la ausencia de un valor central.

M. E. Opler, opina que las estructuras configuracionistas son demasiado simplistas y se presta a tergiversaciones de la cultura. Y en tal sentido Boas dice que es muy difícil reconocer el foco cultural (Ethos) a los valores centrales, que hasta ahora dependen de criterios subjetivos del investigador porque no hay criterios instrumentales objetivos. Para lo cual Opler propone la idea de “temas” de la cultura, como sistemas compuestos de varios temas elementales.

Escuelas Estructural Funcionalistas.- Las analogías entre la sociedad y los organismos vitales, es decir la analogía orgánica prevaleció mucho en el pensamiento anterior a Comte. La manifestación más importante durante el siglo XIX fue el manejo de conceptos como “estructura y función” que aparecen en Spencer, Fustel de Coulanges y Augusto Comte. Propusieron teoría del comportamiento social humano de forma que las sociedades operaban a semejanza de los organismos para mantener la vida en comunidad. Fueron los autores de orientación evolucionista los que primero se interesaron por problemas de función, así Emilio Durkheim formuló su teoría de sobre el origen y funciones de la religión y de cómo las sociedades desarrollan costumbres e instituciones para mantener la vida social.

Pero el funcionalismo moderno surgió como reacción a la escuela histórico-cultural austriaca, que dieron demasiada importancia al difusionismo y perdieron de vista las funciones de relación que existen entre los elementos culturales. La pregunta básica fue: Como se mantiene la vida social en el tiempo a pesar de las renovaciones internas endógenas y de las influencias externas, a través de las generaciones?. La respuesta se fundamenta en que: “la vida social persiste porque las sociedades encuentran medios (estructuras) con las que satisface sus necesidades (funciones), que son precondiciones a consecuencias de la vida social organizada”.

El planteamiento estructural funcionalista introduce una perspectiva más limitada en el tiempo. Detiene el proceso del sistema en un momento, prescinde del tiempo y de la historia para ver como actúa como estructura y como función. La idea es considerar la cultura “como un todo” desde un punto de vista sincrónico.

Bronislaw Malinowski, planteaba que las prácticas culturales se tejen en una red estrechamente articulada, cuya totalidad sólo puede comprenderse en función de las necesidades psicobiológicas de los individuos al vivir en sociedad. Parte del individuo en sociedad, y habla de tres categorías de necesidades: a) necesidades primarias o básicas en términos biológicos; b) necesidades derivadas, consecuencia de las respuestas a las necesidades básicas, pero que ellas mismas a su vez, llegan a ser necesidades creadas por la cultura y por las influencias geográficas; c) necesidades integrativas de la cultura en base al sistema religioso que según el autor es fundamental. Todo se explicaría por la posición de los elementos en el contexto cultural y por sus interrelaciones de unos con otros y con el medio ambiente

Radcliffe-Brown, frente a la integración de las necesidades individuales de Malinowski, el opone la integración de las necesidades sociales, negándose además a admitir el término “funcionalismo” para no crear una nueva escuela.

Aclara que el organismo no es una estructura pero que tiene estructuras. La cultura es un sistema de relaciones que se perpetúa sin que se perpetúen las partes constitutivas.

El Estructuralismo de Lévi-Strauss, resume sus principales ideas acerca de la distinción entre el mal llamado -según él- pensamiento "primitivo" y la mente "civilizada". Propone, en primer lugar, sustituir el calificativo "primitivos" por "ágrafos" argumentando que éste es el factor que les distingue de nosotros. Menciona dos formas diferentes pero igualmente erróneas de interpretar el pensamiento de los pueblos ágrafos: MALINOWSKI: considera que dicho pensamiento reviste una calidad más grosera que el nuestro y que está totalmente determinado por las necesidades básicas de la vida. Son ellas las que explican sus instituciones sociales, sus creencias, su mitología ... Es la corriente denominada en antropología funcionalismo, su punto de vista es utilitarista. LEVY-BRUHL: afirma que se trata de un tipo de pensamiento fundamentalmente diferente del nuestro. Según él, la diferencia básica entre el pensamiento "primitivo" y el pensamiento moderno reside en que el primero está completamente determinado por representaciones místicas y emocionales. Se trata, pues, de una concepción emocional o afectiva.
Frente a estas dos interpretaciones, la hipótesis básica que Lévi-Strauss pretende argumentar que el pensamiento de los pueblos ágrafos: a) es un pensamiento desinteresado -lo que representa una diferencia respecto a Malinowski. Según Lévi-Strauss, estos pueblos son capaces de poseer un pensamiento desinteresado; es decir, son movidos por una necesidad o deseo de comprender el mundo que los circunda, su naturaleza y la sociedad en que viven. b) es un pensamiento intelectual -lo que supone una diferencia respecto a Lévi-Bruhl. Responden a ese objetivo de comprender el mundo, la naturaleza y la sociedad por medíos intelectuales, exactamente como puede hacerlo un filósofo o un científico.
Otra de las tesis defendidas por Lévi-Strauss dice que no es posible desarrollar inmediata y simultáneamente todas las capacidades de la mente humana. Apenas puede usarse un sector diminuto y éste no es nunca el mismo pues varía en función de las culturas. Así por ejemplo en los llamados pueblos civilizados hacemos un uso considerablemente menor de nuestras percepciones sensoriales y lo mismo sucede con nuestros conocimientos acerca de plantas y animales.
Como nos dice sobre esto mismo en El pensamiento salvaje carece de fundamento la crítica realizada a los pueblos "primitivos" de ineptitud para el pensamiento abstracto. Hemos de hablar más bien de dos modos distintos de pensamiento científico que son ambos función, no de etapas desiguales del desarrollo humano sino que expresan dos formas en que la naturaleza puede ser abordada por el pensamiento científico: una de ellas aproximadamente ajustada a la de la percepción -es lo que Lévi-Strauss denomina "pensamiento salvaje" o "ciencia de lo concreto''- y la imaginación, cercana a la intuición sensible y otra de ellas desplazada del mundo de la percepción. 0, como dice respecto a este tema en Estructuralismo y ecología: "la realidad no sólo es significativa en el plano abstracto del conocimiento científico sino también en el plano de la percepción sensible". Se trata de escapar al largo divorcio entre inteligibilidad y sensibilidad, no olvidando que el mundo en que vivimos es un mundo hecho de formas, colores, texturas, sabores y olores.
Una de las conclusiones que pueden extraerse de la investigación antropológica es que pese a las diferencias culturales existentes entre las diversas fracciones de la humanidad la mente humana es en todas partes una y la misma cosa, con las mismas capacidades. Estas diferencias, según Lévi-Strauss son extremadamente fecundas. Precisamente el problema de la actualidad es la ''supercomunicación" o tendencia a conocer desde un punto lo que sucede en el resto del globo. Para que una cultura sea realmente ella misma y esté en condiciones de producir algo original, la propia cultura y sus miembros deben estar convencidos de su propia originalidad y, en cierta medida, también de su superioridad sobre los otros: sólo en condiciones de subcomunicación ella puede producir algo. Respecto a las relaciones entre mito y ciencia, curiosamente, el avance de la ciencia en nuestras sociedades nos sitúa en mejores condiciones de comprender qué tipo de pensamiento es el pensamiento mítico. Ello es debido a la importancia creciente concedida por la ciencia al aspecto cualitativo de los fenómenos, perspectiva que fue relegada por la meramente cuantitativa entre los siglos XVIII y XIX.
El desarrollo de esta línea nos lleva a pensar que entre la vida y el pensamiento no existe hiato absoluto -como comenta Lévi-Strauss en una carta a G.Kukdjian: "...algún día el ultimo problema de las ciencias del hombre consistirá en devolver el pensamiento a la vida, La afirmación de Lévi-Strauss de que la mente humana es una y la misma cosa en todas partes, le valió acusaciones de "idealismo" o "mentalismo", llegando a ser tachado incluso de hegeliano obsesionado por la busca de lo que algunos críticos denominaron "universales levistrosianos", pero, como ya mencionábamos en la introducción de este trabajo, tales acusaciones son rechazada por Lévi-Strauss, que nos dice por ejemplo en Estructuralismo y ecología: "de ser eso cierto, la naturaleza del contexto cultural en que la mente opera carecería totalmente de importancia para mi" (Ee, p.8) y también: "la diferencia con la perspectiva hegeliana radica en el hecho de que, en lugar de ser decretados por el filósofo, dichos constreñimientos de la mente humana son hallados por vía inductiva. El único medio de que nos servimos para hallarlos es el estudio minucioso de los canales y formas de funcionamiento de las ideologías en las distintas culturas" (Ee, p.12).
En definitiva, la diversidad y la riqueza del material bruto proporcionado por el medio ambiente es tan grande que solamente unos pocos de los innumerables elementos posibles pueden ser retenidos por el sistema, lo que hace evidente la existencia de un número considerable de sistemas posibles alternativos, ninguno de ellos predestinado a ser el único elegido por todas las sociedades y civilizaciones. Hay que contar, pues, desde un principio con un factor de arbitrariedad que sólo es posible abordar mediante la observación empírica. Cada sistema, aparentemente arbitrario si consideramos por separado cada uno de sus elementos, se nos presenta como algo coherente cuando llegamos a percibirlo como un conjunto. Pero la coherencia de cada sistema de clasificación sólo puede ser explicad recurriendo a una nueva instancia: los constreñimientos específicos de la mente humana. Dichos constreñimientos determinan el modo de formación de los símbolos, opuestos entre si, uno a uno, y, al mismo tiempo, articulados en su conjunto. Esta tesis de Lévi-Strauss es imprescindible para entender sus numerosos análisis de los mitos de distintas sociedades.
Una vez alcanzados esos universales que son los constreñimientos de la mente humana, el armazón permanece constantemente abierto a la adición de nuevas determinaciones o a la corrección de las anteriores.
Afirma Lévi-Strauss que hay dos clases de determinismo que actúan simultáneamente en la vida social:
a) a cada construcción ideológica subyacen otras en el tiempo, remitiendo cada una de ellas a la anterior.
b) en cada estadio de este proceso complejo, cada construcción ideológica aparece como entretejida en las condiciones tecno-económicas.
Ahora bien, estas dos clases de determinismo interactúan, están entrelazadas, pero esto implica aceptar el supuesto de que ecología y mente no pueden ser consideradas como entidades mutuamente irreductibles. Dicho de otra forma, nos encontramos aquí con otra de las tesis básicas de Lévi-Strauss: "el análisis estructural sólo puede tomar forma en la mente porque anteriormente su modelo existe ya en el cuerpo. . . el estructuralismo recupera y hace conscientes procesos que ya estaban latentes en el cuerpo mismo.
Al reconciliar el alma y el cuerpo, la mente y la ecología, el pensamiento y el mundo, el estructuralismo se orienta hacia la única clase de materialismo acorde con los desarrollos actuales de la ciencia. Nada puede estar más lejos de Hegel, y aun de Descartes, cuyo dualismo puede estar más lejos de Hegel, y aun de Descartes, cuyo dualismo tratamos de superar, conservando su fe racionalista".


LUIS EDUARDO DELGADO SANTACRUZ,
Profesor Titular Universidad de la Amazonia






[1] Antropólogo Universidad del Cauca, Especialista en Gerencia y Gestión Cultural de la Universidad del Rosario y Magíster en Desarrollo Educativo y Social de la Universidad Pedagógica de Colombia. Docente Titular de la Universidad de la Amazonia desde 1980 y se desempeñó en comisión como Asesor de Política Social y Participación Comunitaria de la Alcaldía de Florencia, desde 2004 hasta diciembre de 2007.
[1] Material para uso exclusivo de los estudiantes de la asignatura Antropología de la Universidad de la Amazonia y de la UNAD Florencia..